miércoles, 24 de octubre de 2012

Si quieres, puedes. (En honor a Eric Abidal)

Todos somos iguales, no existen diferencias en nuestra existencia, todos queremos ser como todos piden, todos aparentamos ser algo que no somos, todos soñamos con ser alguien respetado, alguien que pasea por la calle y que los demás digan que ahí va una gran persona, todos soñamos con conseguir metas casi inalcanzables e imposibles, todos pensamos en la madurez como un reto y en la niñez como un momento del lejano pasado, todos queremos que sueñen y piensen en nosotros, ser alguien de provecho y que todos nos quieran, queremos sentirnos queridos... pero aquí sentado no se consiguen las cosas. Porque si quieres, puedes.
Lo único que lleva hacia la gloria es el esfuerzo, las ganas de superarse y el coraje que tus padres te han dado, el sacrificar cosas importantes por algo aun más, el intentar tapar esos errores que te van alejando de tu sueño, todo un largo camino por recorrer queda si pensamos que estamos cerca. Miren atrás, todos aquellos que en el camino quedaron, todos aquellos que lo intentaron pero no fue suficiente, todos que pudieron pero no quisieron, todos que desaprovecharon sus dones y sus virtudes...No es tan fácil seguir trabajando, porque la vida no se basa en esperar a la suerte, se trata de buscarla, encontrarla y saber mantenerla a tu lado. No vale la pena haber llegado si luego te estancas, no vale la pena pensar en ese futuro que pudiste tener pero tú solo lo arruinaste, los lamentos son los gritos de los perdedores, delante de cada obstáculo hay que agrandarse y seguir. Porque si quieres, puedes.
No hace falta levantarse tras la caída si consigues no caerte nunca, si piensas en todo aquello que te hace aún más fuerte y sacarlo por banderas, si luchas hasta el final por conseguirlo, no hace falta intentar levantarse, porque ya estás en pie. Esas personas que te hicieron el camino más fácil, tu familia, amigos, personas que ayudaban sin pedir nada a cambio, aquellos que te educaron y te inculcaron unos valores, por todos ellos sigamos luchando. No vale la pena pararte en tu casa recordando lo bueno que fuiste en un pasado, el pasado ya se fue y la mugre que te cubre en el presente sólo tú tienes el poder de limpiarla y salir adelante. Porque si las cosas van mal, es que la recompensa está en camino, el esfuerzo y el sacrificio harán de ti una persona que confía en sí mismo, una persona llena y sobre todo con dos cojones. Te quedas sin aliento al ver esa noticia, al ver que quieres pero no puedes, al ver que todo puede estar a punto de terminar... pero sin más pensarlo decides intentarlo. Hay que luchar por todos y cada uno de nuestros sueños, no quedarse en el camino como los que pudieron y no quisieron o como los que no apreciaron su valor. Si estás en el suelo tu coraje y tu fuerza harán que resurjas de la nada demostrándole a todos los que no creyeron en ti que lo conseguiste y que has llegado, ya que tú nos enseñaste cual es el valor principal de una persona, las ganas de trabajar y el esfuerzo. La vida se basa en golpes bajos y dolorosos, pero tenemos que aprender a esquivarlos. La vida se basa en ti, tú eres el propio arquitecto, juez y escritor de tu historia, la historia que te llevará al cielo o al infierno, a la pena o a la gloria, tú eres el responsable de tus actos y el dueño de tus palabras, tú dirás sí o no,tú que te vestiste de rey por una noche gracias a tus compañeros, tú nos enseñaste que la vida se vive hasta el final, que no es posible rendirse, ni quedarse estancado. Porque si quieres, puedes.
La historia te recordará por haber llegado, no por quedarte parado en el pasado, por haberlo conseguido siendo un ejemplo a seguir para todos aquellos que nos quedan sueños por cumplir. Nadie podrá conmigo, nadie me definirá sin saber como soy, nadie dirá malas palabras a mi contra si me esfuerzo demasiado, nadie tendrá el coraje de superarme, nadie podrá ganarme, nadie conseguirá hacerme nada sin mi permiso, nadie. A todos aquellos que se encuentran en un mundo sin salida, tú les has enseñado a luchar, a pensar que la vida merece la pena esforzándote cada vez más... la vida es tu historia, y tu historia formará parte del corazón de un mundo entero, de una pesadilla que acabó convirtiéndose en un ejemplo para todos y cada unos, para los que te aprecian y los que no, para los que confiaban en ti y los que no, para todos los que nos alegramos al verte de nuevo con unas botas, y tu fuerza y coraje al volante de la historia que tú mismo has conseguido escribir, siempre con una sonrisa. Si quieres, puedes. Gracias Eric, por hacernos creer en nuestros sueños. Porque si quieres, puedes.

lunes, 22 de octubre de 2012

Tú, que me hiciste un hombre...

Te noto distante, lejos de mí, casi ni puedo olerte, casi no siento lo que sentía todas las mañanas al despertar mirándote desde mi ventana apreciando tu belleza... Ya estás demasiado lejos y sigo formando parte de tu historia. A veces te sueño, otras te pienso y hasta deseo tenerte aquí. Y es que eres la más bonita, la que aguantó mi peso sobre ti 18 años y ahora tuve que partir. La misma que conozco como si fuera su madre, la misma que me acompaña cuando estoy solo, la misma que no puedo olvidar...
Tú que eres tan bonita, tú que puedes, enséñale al mundo tus monumentos, tu arte, tu vino, tu olor y tus tierras... tu gente, tu solera, tus caballos, tu feria y tus entrañas, demuéstrale al mundo que en belleza nadie te gana, que a malas personas has visto crecer y a buenas has criado, que tú estás en nuestro corazón allá donde vayamos, que no te olvido y que existo gracias a ti. Esas noches frías sólo como tú sabes y ese verano flamante e insoportable hacen de ti ser mi ciudad, el sitio que me vio crecer, el lugar que algunos desearían conocer, la más maravillosa.
La cuna del flamenco, que amamantó a figuras del arte durante sus torcidas vidas, caracterizada por esas calles estrechas y largas, esa Plaza del Arenal, el corazón de tu ciudad, la sagrada catedral que recorre por tus venas y esa preciosa Alameda rodeada de turistas, turistas que saben lo que eligen, que buscan recorrer historia y belleza por tus calles oscuras en la noche jerezana. El maravilloso parque González Hontoria donde reina la fiesta en esa famosa semana de Mayo cuando los caballos y el vino de tu madre La Tierra salen a pasear. Sin hablar de tus maravillosas iglesias y capillas donde reina la devoción de miles y miles de cristianos, donde en esa Semana Santa asoman su traje a la luz del Sol para ver pasearse a nuestro Dios.
Tú que viste un equipo en Primera División por primera vez, que lo acompañaste a la gloria junto a todos sus tripulantes azules. Tú que creciste como una niña pequeña para convertirte en la más hermosa de todas, la preciosa hija de San Dionisio y Nuestra Merced, y ahora madre de todos nosotros.
Lejos de ti me encuentro, no mucho pero cualquier distancia me hace echarte de menos y pensar en ti. Gracias por ver como mis errores se convertían en aciertos, por ayudarme, por tu excelente existencia. Todo tipo de ciudadanos se desplazan por tus venas, desde vagabundos hasta dueños de ti, pero tú no tienes dueño ni dueña, tú reinas por ti sola, en el día y en la noche, en la claridad del Sol y el auge oscuro de la Luna. Viste crecer a celebridades de tu mano que te representan a los cuatro vientos, porque uno no debe avergonzarse de hablar con la zeta, porque tú nos regalaste tu idioma, tus calles, tu solera, tu arte, tus vinos, tus tierras, tus caballos y tu historia para llevarlos por bandera, a la misma princesa de esta provincia, a ti, mi querida, a Jerez. Porque no hay nada malo en decir: "Yo zoy de Jeré, y estas zon mis tierras". Enséñale al mundo lo preciosa que eres sólo como tú sabes.